Mitos
Dicha materia tendría por objeto borrar todo resto de redondez, armoniosidad y en esencia, legibilidad que pueda tener la letra manuscrita del imberbe profesional de la salud. Su objetivo primigenio fue resguardar la sabiduría galénica de prosaicas lecturas que pudieran llevar a erróneas interpretaciones, poniendo en riesgo la vida de las personas, ya que si alguien tiene que dejar este mundo que sea bajo manos tituladas. Estamos de acuerdo en que siglos atrás sería más que impresionable tomar un trago de aquellas pócimas, de habernos enterado de las raspaduras de pezuñade armadillo y lengua disecada de lagarto. Sin embargo los siglos pasaron y la letra desmañada sigue siendo un clásico. Se comenta que el desarrollo de aquella materia sería eminentemente práctico.
En el primer cuatrimestre hay que atarse un cepillo de dientes eléctrico en la mano y transcribir el Quijote con pluma cucharita. En el segundo, copiar sobre las rodillas, el vademécum Islandés de medicamentos hipertensivos durante un periplo por la ruta 2, entre Choele y El Solito,montados en un Senda´87.
Si hay algo que aporta visos de verosimilitud a este mito de encriptar las recetas, es la evidente complicidad de los laboratorios al bautizar su alquimia galena. Sus nombres no solo nos exigen que nuestra lengua haga contorsiones circenses en pos de pronunciarlos, sino que nuestra muñeca corre serios riesgos de esguinces, al recorrer las circunvoluciones de una caligrafía de espasmódica consonancia.
La hialuronidasa hidralazinahidroclorotiazida, como el cotrimoxazol dexametasona difenilhidantoina son solo una muestra de la jeroglífica medicinal. Este mito necesariamente da lugar a otro, el de la “Contradescaligrafía”, materia necesaria para recibirse de farmacéutico y que estudia las artes para decodificar la criptografía médica. Verdaderos émulos de Champolión, una sola mirada les sirve para descifrar la palabra ácido acetilsalicílico de un enjambre de rayones y expendernos una simple aspirina. Pero convengamos que no son los únicos profesionales sospechados de mitos, es conocido el rumor de la “Itolexia” de las maestras jardineras, es decir sumar al final, la sílaba "ito" o "ita" a la mayor cantidad de sustantivos posible. En este gremio también circula el comentario de un misterioso libro ya incunable “Mi vida antes y después de la goma eva”. Texto iniciático de las “gomaevadependientes”, secta desprendida de la setentista agrupación“adoradoras del papel glasé” y la “brigada de la tijera en zig-zag”.¿Cómo dice…los periodistas? Bueno, también tenemos lo nuestro que día a día alimenta el compendio “Citado nosocomio”, que oportunamente comentaremos.