Microvacaciones

De pronto llega el mundial y van a ser como microvacaciones de noventa minutos salpicadas a lo largo de un mes para llegar a las siguientes conclusiones: Somos los mejores del mundo o la culpa la tiene Pekerman.
Desde el Ministerio de Educación de la Nación ya se dio bandera blanca para que los partidos se vean en las escuelas y hasta piensan adaptar los contenidos a este evento.Desde esta columna o mejor dicho tribuna - para estar acorde a la circunstancia - shotearemos algunos centros para que directores y profesores que realmente les interese estar en el área grande del conocimiento, usen la cabeza y puedan anotarse unos tantos. Podemos empezar con un múltiple choice para Física. “En la altura, la pelota no dobla” dijo Daniel Pasarella cuando Argentina cayó con Ecuador en Bolivia, ¿a que se refería el Kaiser: A) Se apunaba la pelota? B) hablaba del efecto Magnus? C) Se hacía el buludus? Si usted optó por la C seguro lo traicionó su corazoncito bostero, pero si marcó la B sabe de que hablamos: el viejo y querido “efecto”. Al igual que las balas giran sobre su eje para tener mas dirección la pelota es más controlable con efecto. Si las bestias de los alumnos supieran algo de física aplicarían el efecto Magnus para tirarles tizas a los profesores con razonable precisión, ahorrando tiempo,esfuerzo y tizas, ergo, dinero de la cooperadora.
Que mejor materia que Educación Cívica y mas precisamente Etica, para analizar la conducta del jugador y del hincha en estos ítems:
-La opción de ser hincha de un club supone aborrecer a otro.
-Que tu equipo rival pierda es fundamental.
-Si tu equipo rival juega en el exterior no hay patriotismo que valga, ojalá pierda.
-Salir segundo no sirve y tercero no existe.
-Jugar buen fútbol está bien pero si perdés a nadie le importa.
-Lo importante es ganar no competir
-La vuelta olímpica en el estadio rival es una hermosa humillación.
-No se puede cambiar de equipo de fútbol, se es hincha hasta la muerte.
-Si vamos ganando hay que hacer tiempo.
-Si el rival tiene un buen jugador hay que “bajarlo”.(Ojo con salir corriendo a borrar a su hijo de la escuela de fútbol y anotarlo en tenis que la barra brava se va a enterar).
La literatura también es apropiada. Disciplina esta que en un rito de sacrificio por la cultura y cual doncella virgen, fue arrojada al fuego de la pasión futbolera, en forma de libros de cuentos. Ingenuos funcionarios progresistas todavía creen que los hinchas de fútbol son seres humanos.
Procaces octosílabos y decasílabos se mezclan en las rimas asonantes de los cantitos de las canchas con un solo objetivo: humillar al contrincante. Algunas veces denunciando el oficio de meretrices en familares cercanos, otras poniendo en duda su virilidad. En resumen una chanchada. En la cancha se escuchan cosas como estas:

Los borrachos del tablón
Los borrachos del tablón
nos gusta la falopa, el vino
el juego clandestino y la prostitución.

Confesamos que nos da vergüenza ajena, pero estas cosas se cantan, incluso en presencia de mujeres. Una función de la escuela en este mundial podría ser adaptar estas glosas a un vocabulario acorde para no sentirnos avergonzados en Europa delante , por ejemplo, de una tribuna monegasca o finlandesa. Por ejemplo:

Los epícureos de las gradas,
los epícureos de las gradas,
nos gusta el uvasal y el vino,
el telekino y las minas re-sacadas.

Zoología: Un bolillero con los nombres de jugadores sería una buena manera de introducirnos en el estudio de diversas especies. Si sale el Pato Abondancieri nos dedicaremos a investigar los palmípedos, si sale el Mono Burgos nos enfocaremos en los primates y si nos toca el Piojo López el tema será la pediculosis. Pero si sale el Burrito Ortega de la zoología habría que migrar a la psicología y analizar los atávicos traumas masculinos.